Con la fiebre como uno de los síntomas más característicos del coronavirus, el uso de los termómetros se ha popularizado más que nunca, también en lugares públicos como aeropuertos, tiendas o restaurantes. Pero, ¿sabemos usarlos bien? ¿Son precisos?

En laSexta Noche, Boticaria García ha explicado cuáles son los diferentes tipos que existen, cuáles dan una medición más exacta y el truco para asegurarnos de que nos lo ponemos bien y se lo ponemos bien a nuestros hijos.

Por una parte, ha indicado, están los termómetros de mercurio, que desde 2007 están prohibidos porque, a pesar de ser muy fiables, se retiraron del mercado por la toxicidad del mercurio. También tenemos el termómetro de Galinstan: más lento y que puede ser preciso, pero que tarda cuatro o cinco minutos en dar una lectura.

Los más habituales en los hogares son los que funcionan presionando un botón y emiten una pequeña señal sonora cuando la medición está lista. Aunque son "bastante fiables y muy baratos", según Boticaria, "muchos problemas de medición" se producen "porque se queda el palito fuera o no se adapta bien".

Por eso, la farmacéutica ha compartido un truco para asegurarnos de que está bien puesto: "Coges el termómetro, lo pones apuntando al techo [en la axila], giras y haces una pinza"

No, los termómetros de 'pistola' no emiten radiación

Por otra parte, en lugares públicos como tiendas y restaurantes se han puesto de moda los termómetros de infrarrojos con forma de pistola, que "tienen mala fama, mucha gente dice que fallan más que una escopeta de feria", según apunta la experta, que aclara que "no emiten ninguna radiación" ni destruyen neuronas.

Lo que hacen, ha explicado, es captar la radiación que emiten las personas. Sin embargo, los resultados pueden variar incluso uno o dos grados, ha alertado, si no se apunta bien a la frente o la temperatura ambiental es muy fría. Y es que estos termómetros deben estar siempre a la misma temperatura.

Además, como captan la parte superficial de la piel, pueden dar resultados incorrectos si nos toman la temperatura en verano cuando estamos acalorados. "Tiene que tomarse en una temperatura estable y tienen que llevar el marcado CE", señala Boticaria, que apunta que "lo ideal es que [la temperatura] se tome en la frente" o, en su caso, en el oído, si es con un termómetro específico para esta zona.

En cuanto a las cámaras termográficas que nos encontramos, por ejemplo, en los aeropuertos, estas transforman la señal en un mapa de colores: al igual que los termómetros con forma de pistola, si no te apuntan bien pueden dar una lectura errónea, ya que además no están pensadas para medir la temperatura de las personas, sino de paredes o humedades.

Además, pueden ser engañadas si la persona en cuestión se ha puesto agua fría en la cara. Por todo ello, ha concluido la especialista, conviene recordar que "la fiebre no es un síntoma inequívoco, pero además estas máquinas no dicen siempre la verdad".