Baltasar Garzón es el coordinador de la defensa de Julian Assange para evitar la extradición del fundador de WikiLeaks a Estados Unidos, donde le quieren juzgar como espía por la revelación de secretos de Estado. Esto podría implicar "una condena de 170 años por 17 cargos", según ha explicado el magistrado en laSexta Noche.

Además, por una suerte de "incitación al fraude informático" Assange podría ser condenado a cinco años más. Para Garzón es "una auténtica barbaridad" porque es una "ley de 1917 y es la primera vez que se va a aplicar a un periodista".

En este sentido, ha precisado: "Es muy curioso que la argumentación de Estados Unidos es que (Assange) no se encuentra protegido por la primera enmienda de la Constitución porque es extranjero, y sin embargo sí se le aplica el concepto de espía cuando ni siquiera él ha mostrado hacer ninguna actividad de espionaje".

Así, Garzón ha asegurado que "lo que ha conseguido WikiLeaks es, acudiendo a unas fuentes, obtener una información que fue publicada en 2010 en unión de los principales medios de comunicación del mundo". Además, ha recordado que esa información "no ha sido investigada en ningún momento por EEUU a pesar de los graves delitos de corrupción".

El magistrado se refiere a hechos relacionados "con la guerra de Irak, Afganistán o Guantánamo, donde todos sabemos que la administración norteamericana 'cumple los derechos humanos'", ha ironizado. Para Garzón, "la persecución es política, y tenemos elementos para demostrarlo".

El espionaje a Julian Assange, al descubierto

laSexta, que ha desvelado cómo fue el espionaje a Assange en la embajada de Ecuador en Londres que llegó a afectar al expresidente ecuatoriano Rafael Correa y a Garzón, ha preguntado al magistrado si llegó a saber que estaba siendo vigilado.

"Al llevar la defensa de Assange, teníamos el miedo de que nos pudieran estar espiando", ha destacado Garzón, que ha precisado que se "colocaron micrófonos hasta en el lavabo de señoras y células en las ventanas". Y ha puntualizado que "la inteligencia norteamericana, con la colaboración presunta del dueño de UC Global, David Morales, estaba fijando como objetivo a los abogados defensores de Assange".