Este sábado, las ciudades canarias se llenaron de protestantes en contra del turismo masivo que está afectando a sus vidas por los daños colaterales que ello crea. Unas manifestaciones que han puesto en el foco la situación del turismo en España.

Y el turismo tiene dos caras bien diferenciadas. La primera de ellas, unas cifras de récord. En 2024, España espera recibir por primera vez en su historia 90 millones de turistas, lo que aproximadamente es el doble de los habitantes españoles.

Además, esta subida del número de turistas implica una subida en el gasto en nuestro país. Según las previsiones, estos mismos turistas se gastarán 125.000 millones de euros, lo que supone el 13,3% del PIB español.

No obstante, este turismo tiene una cara B, que es la precariedad. Los sueldos en el sector del turismo son de 23.800 euros anuales de media, siendo el 16,5% de los contratos temporales (y ahí no entran los fijos discontinuos).

Al mismo tiempo, una apuesta por el turismo tiene su riesgo a que en algún momento bajen los visitantes. Por ejemplo, debido al cambio climático. Con la subida de las temperaturas, mucha gente del norte de Europa se podría quedar en sus respectivos países porque ya hará más calor. O incluso la geopolítica puede afectar, ya que cualquier guerra derrumba el turismo.