Las muertes en extrañas circunstancias de oligarcas rusos están siendo investigadas en las últimas semanas. Uno de esos oligarcas fallecidos ha sido Sergey Protosenya, que se encontraba con su familia en Lloret de Mar cuando apareció sin vida junto a su hija y su mujer.
"No había ni una sola gota de sangre en la ropa de este individuo", explica Carlos Quílez, que cuenta en exclusiva que el perpetrador de los hechos utilizó calcetines de la familia que están siendo analizados.
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Además, Protosenya "idolatraba" a su hija, algo que hace difícil pensar que fuese el autor de los hechos. El hijo que sobrevivió en este crimen observó que una ventana tenía los cristales rotos, detectándose que alguien entró a la vivienda, no se sabe si antes o después del crimen.