Pedro Sánchez está viviendo sus peores horas como presidente del Gobierno. Desde la publicación de su carta a la ciudadanía el miércoles, en la que abría la posibilidad de dimitir como presidente, Sánchez ha estado inmerso en un periodo de reflexión de cinco días del que se saldrá el lunes, cuando está previsto que comparezca para compartir su decisión.

La periodista María Llapart analiza cómo fueron las horas en las que Sánchez tomó la decisión de abrir esta reflexión sobre su futuro. Ese miércoles, Sánchez apareció en el Congreso de los Diputados, pero no era como en otras ocasiones: estaba "desencajado", con "la mirada baja" y los hombros "caídos". En el momento en el que sube al coche para marcharse de la Cámara Baja, ya había comunicado a dos asesores que se dirigía a Moncloa para estar junto a su familia.

Antes, Sánchez había pronunciado unas breves palabras como respuesta a una pregunta de Gabriel Rufián. "Fíjese, voy a ser muy escueto. En un día como hoy y después de las noticias que hemos conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la Justicia de mi país", afirmó Sánchez, un momento en el que "se hizo el silencio", según recuerda Llapart.

"Nadie pensaba, de ninguna de las maneras, que Sánchez se fuera a referir al caso que estaba afectando a su mujer. Gabriel Rufián se quedó alucinando", añade la periodista. Durante esa sesión, en la que estuvo presente 13 minutos, Sánchez mantuvo un semblante con el que "nunca" se le había visto. "Ese día llegó muy pillado de tiempo y muy, muy serio", afirma Llapart, que le vio "preocupado".