Vicenta tiene 92 años y sigue coleccionando matrioskas y leyendo libros en ruso. De su infancia en España solo recuerda el ruido de las bombas. Con ocho años, fue una de los muchos 'niños de la guerra' que se metieron en un barco, solos, rumbo a la URSS.

Esta mujer explica a laSexta Columna cómo fue su llegada a la URSS, donde se les trataba mejor incluso que a los huérfanos soviéticos e impartía la mayoría de las asignaturas del colegio en castellano: "Teníamos privilegios para todo", comenta. También describe cómo todo aquello cambió con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

En el vídeo sobre estas líneas, describe los dos terribles años, entre 1941 y 1942, donde "llegamos a 44 bajo cero" sin luz ni agua caliente: "No podíamos salir ni lavarnos. Abríamos la puerta, un poco de nieve y ya", recuerda Vicenta, que también afirma que en aquellos tiempos "cogí disentería de porquerías que comíamos. Arrancábamos raíces, sin lavar, quitabas la tierra y la cogimos".