Hasta Marbella llegaba cada verano la Familia Real Saudí para alojarse durante sus 'vacaciones' en su mansión de lujo, una construcción inspirada en la mismísima Casa Blanca de Washington.

Cuando aterrizaban había colas de ciudadanos durmiendo en la calle esperándoles dispuestos a trabajar en su palacio. Tenían la esperanza de pillar dinero fácil y de ello se hacían eco los medios de comunicación. "¿Serían ustedes capaces de gastarse 150 millones de pesetas al día?", preguntaba al respecto en 1999 en Antena 3 Olga Viza.

Si eras camarero en Marbella también podías dar el golpe. "Dejan mesas de 300.000 pesetas y de ahí sacas el 10%, lo que dejan ellos", afirmaba un hostelero.

No obstante, aquello eran otros tiempos. El príncipe heredero Mohamed bin Salmán, ahora, está intentando cambiar aquella imagen de derroche de su Casa Real.

"Poco después de asumir las grandes responsabilidades del país anunció un gran plan de reformas económicas, Saudi Vision 2030. El objetivo es convertir en Arabia Saudí en una gran potencia económica y política a nivel regional e internacional y uno de los mecanismos es diversificar la economía. Intentar reducir el peso que tiene el petróleo en su economía", apunta David Hernández, autor de 'El reino de Arabia Saudí y la hegemonía de Oriente Medio'.