El 2010 arrancó con más de cuatro millones de parados y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, en la cola del paro. No se había quedado sin trabajo, estaba lanzando el mensaje que le llevará a la Moncloa: “Cuando gobierne, bajará el paro”.

Ese lema marca los dos años de campaña. La estrategia de la ilusión funciona y Rajoy se muda a La Moncloa. El Gobierno nace con una obsesión: mejorar las cifras del paro. Así que en cuanto los datos de empleo mejoran un poquito, sacan pecho.

Este verano, la EPA le dio una alegría al Presidente del Gobierno y reconoció públicamente esa obsesión con el desempleo. "Llevo muchísimo tiempo, exactamente desde que llegué a la Moncloa, esperando poder dar una noticia como esta que estoy dando aquí".

El día en el que Rajoy llegó a La Moncloa, había en España 4.420.462 4 parados registrados. Tras tocar el techo de los cinco millones en febrero de 2013, hoy hay en España 4.447.650. En total, 27.000 parados más que hace tres años y con mucha menos población activa.