En plena resaca post 1992, España veía de nuevo a su gran gurú bancario perseguido por las cámaras, pero ahora porque Mario Conde entraba en prisión preventiva. Había pasado un año desde la intervención de Banesto y en ese tiempo Conde se había pasado por el Congreso de los diputados para contar su desenfadada versión de los hechos, como si la cosa no fuera con el banco que él dirigía. 

Para evitar la prisión preventiva, Conde pagó la mayor fianza impuesta hasta la fecha, unos 12 millones de euros. Cuando una década después salió la sentencia, la justicia lo condenó a 10 años de cárcel. Décadas después, José Antonio Martín Pallín, el magistrado que redactó la sentencia, explica en laSexta Columna por qué en el Supremo le doblaron la condena a Conde. "Lo que dice la Audiencia y lo que decimos nosotros es que no solamente hubo un agujero en el banco, sino que también hubo lucro o beneficio propio", afirma en el vídeo sobre estas líneas.

Conde había falsificado documentos y había pagado con dinero de Banesto 300 millones de las antiguas pesetas al partido de Adolfo Suárez, el Centro Democrático y Social, con el que en el 2000 se llegaría a presentar a la presidencia del Gobierno.