Algunos de los 'hombres de Paco' más importantes de la Guerra Civil y de la dictadura siguen presentes en todo tipo de lugares. Por ejemplo, en nombres de pueblo, como sucede en San Leonardo de Yagüe, municipio de Soria que recibe dicho nombre por Juan Yagüe Blanco. No son pocos en esa villa los que se sienten "orgullosos" de esa denominación y defienden que el militar "hizo mucho por el pueblo". Eso, a pesar de que fue el general de Franco al frente de la Columna de la Muerte.

En su avance hacia Madrid, llenó el camino de asesinados, especialmente en Extremadura. Razón por la que, precisamente, acabó recibiendo el nombre de 'Carnicero de Badajoz'. El historiador Gutmaro Gómez recuerda en laSexta Columna que "es un personaje fundamental al comienzo de la guerra. Y en sus propias palabras, en ese avance no deja prisioneros detrás". Yagüe fue así un despiadado monstruo que la dictadura transforma hasta convertirse en un honorable ciudadano.

Como si del doctor Jekyll y Míster Hyde se tratase, hoy en su pueblo natal sólo ven la cara amable de Yagüe. A los vecinos de San Leonardo de Yagüe les cuesta juzgar sus atrocidades de guerra. "En la guerra, o matas o te matan", "es que... su misión tenía" o "pero, ¿y los demás no mataron o qué?" son algunas de las perlas que se esgrimen allí en la actualidad. Porque lo importante para muchos de ellos es que fue un vecino superlativo. Pero ¿se puede separar al ciudadano del militar?

El abogado y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, Eduardo Ranz, no lo cree: "La figura de Yagüe no se puede separar del general, igual que nadie recuerda a Hitler como pintor. Algunos podrán considerar que fue un buen ciudadano, pero la realidad es que el general Yagüe ha sido recordado como el 'Carnicero de Badajoz', quien ordenó asesinar a 4.000 republicanos, y ningún español merece un honor por haber hecho eso".