Una fría mañana de noviembre durante las protestas de los obreros de Euskalduna por el cierre de los astilleros, la policía alza sus armas de fuego y disparan contra las barricadas. "A las seis de la mañana, sin haber mediado enfrentamiento, la policía del puente de Deusto dice con la metralleta en la mano 'hoy aquí van a mandar éstas' y empezaron a disparar fuego real: metralleta y pistolas". Recuerda Felipe Fernández, expresidente del Comité de empresa de Euskalduna.
En el vídeo sobre estas líneas, Felipe cuenta a laSexta Columna que aquel día "hubo un herido de bala" y que "huyendo de esos disparos, nos refugiamos en el barco". Sin embargo, no todos vuelven a pisar tierra firme. El corazón de Pablo, compañero de Felipe, no pudo resistir toda aquella violencia.
"Iba 10 metros delante de mí, le vi que se tambaleaba, le cogí por las axilas, lo llevé a la otra parte del barco, seguían disparando botes y pelotas, le puse la cabeza en mi pierna y allí murió Pablo", explica Felipe, que asegura que su compañero murió "porque no hubo posibilidad de atenderle": "Por más que gritábamos que había un hombre enfermo grave, no pudimos evacuarle", explica Felipe, que asegura que "los médicos de la empresa certificaron que había sido un infarto y que era posible que si se le hubiera atendido antes se hubiera salvado".
Cuarenta años después, a Felipe aun le cuesta pasar por el lugar donde su compañero perdió la vida: "Aquel día lloramos. Mucho. Han pasado 40 años y cuesta recordar todavía", afirma.