En esta localidad cualquier tiempo pasado fue mucho mejor. Durante años la mina daba trabajo para todos. Sin embargo, muchas de las compañías del carbón ahora están en ruinas.

Con el carbón a punto de morir, en los años 90 se intentó ir hacia otras industrias. Además de la refinería de Repsol se abrió la central térmica de Eon. Lo que en su día eran instalaciones cuidadas, donde crecían las flores y no faltaban coches aparcados hoy se está desmantelando. Ni rastro de coches ni de flores.

Pero llegó el nuevo siglo y con él, una nueva apuesta: la fiebre de las renovables llegó a Puertollano como a ningún otro sitio de España. Inundó casi todos sus rincones:

Andrés apostó por ellas. Se hipotecaron él y a sus hermanas para montar placas solares en el tejado del polideportivo de su pueblo. Invirtió 240.000 euros convencido por las ayudas y créditos que prometía el Estado. Pero con la crisis se eliminaron las subvenciones del Gobierno y ahora puede perderlo todo.