El príncipe heredero de Arabia Saudí, Bin Salmán, habitualmente viste túnica, pero para visitar Silicon Valley se pone en plan moderno. Quiere abrir su país convirtiéndolo en una potencia tecnológica y ahí encaja la adquisición de una participación de casi el 10% de Telefónica por un total de 2.100 millones de euros.

"La compra de esas acciones a Telefónica le permite abrirse un mercado que no tenía explotado, el de Oriente Medio. Por otro lado, a la compañía saudí le permite entrar en el mercado europeo y en Latinoamérica", destaca David Hernández, autor de 'El reino de Arabia Saudí y la hegemonía de Oriente Medio'.

Pero ojo porque Telefónica no es cualquier empresa, al tratarse de una compañía estratégica se requiere autorización del Gobierno. Esta inversión extranjera en España está directamente relacionada con la defensa nacional. Por eso la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz pide pararla.

La operación es todavía más sensible porque Telefónica trabaja con las Fuerzas Armadas. Se trata de una empresa determinante en las comunicaciones de nuestro país.

¿Puede estar bajo el control de Arabia Saudí, una dictadura capaz de hackear el móvil a uno de los hombres más ricos del mundo?

"Jeff Bezos tuvo una conversación por mensajes con Bin Salmán y este le envío un vídeo. Y Bezos piensa que ese vídeo contenía un programa de espionaje", indica el periodista de investigación de 'The New York Times' Justin Scheck.

El periodista ha investigado cómo maneja Bin Salman las telecomunicaciones. Lo hace hasta el punto sobornar a trabajadores de Twitter para delatar a opositores que tenían una cuenta secreta en esta red social.