Los protagonistas del año son dos: Luis de Guindos, ministro de Economía, y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. Entre ambos llevan el peso de la crisis, aunque es Montoro, encargado de explicar los recortes a la oposición y a la ciudadanía, quien sufre el mayor desgaste. Afirmaciones como "Si el IVA se pagara más quienes tienen que pagar, no habría que subirlo tanto", para justificar las impopulares decisiones del Gobierno, no contribuyen a aumentar su popularidad.

Por su dominio del inglés, De Guindos es el encargado de recibir las órdenes de Europa. Su pasado como ex alto cargo de Lehman Brothers ha provocado numerosos recelos. Además, debe defender en el exterior las bondades de la política económica de Rajoy.

Y la otra pata de la política contra la crisis es la ministra de Empleo, Fátima Báñez. En su cartera, una reforma laboral, el despido libre, el crecimiento de los EREs y el peor dato de destrucción de empleo indefinido desde que empezó la crisis.

La estrella del Consejo de Ministros es Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta, portavoz y también la cara de los recortes. No ha dado una buena noticia en un año. Aun así, ocupa el tercer puesto entre los miembros del Gobierno mejor valorados, por lo que ha empezado a sonar como heredera de Rajoy.

Pero de entre todos, el que más destaca es José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, quien ha entrado en todas las polémicas. Es el primer ministro de Educación en sufrir una huelga conjunta de profesores, alumnos y padres. A estos últimos los ha calificado de "irresponsables" por no obligar ese día a sus hijos a ir a clase.