Hay un sistema más justo para el agricultor, pero que hoy no da para las grandes ciudades. Y a la vez, empresarios del campo de toda la vida luchan para no desaparecer. ¿Esta forma de capitalismo provoca la caída de una manera de entender el campo que los agricultores aprendieron de generaciones pasadas?

"Si a un joven le dices que es una profesión de la que va a poder vivir, se va a quedar, pero si le dices que es un trabajo del que no se puede vivir, que se tiene que buscar otra cosa, directamente se va a ir. Hay que conseguir que las explotaciones agrícolas y ganaderas sean rentables para que los jóvenes se quieran quedar", defiende Aurelio, agricultor.

El campo reclama otro modelo de negocio, pero ¿es posible? "Tenemos que saber hacer compatible la pequeña producción muy valorada por el consumidor, que garantiza que hay productores que pueden cumplir esa función social y medioambiental que todos queremos, y a la vez que exista un acceso universal a los productos en las mejores condiciones de calidad", defiende Ignacio García, director general de la patronal de supermercados ASEDAS.

"En realidad, la mayor parte de los alimentos del planeta los siguen produciendo los pequeños agricultores familiares. La cosa está en saber ver esta tendencia y poderla revertir, de manera que sean las comunidades quienes puedan tener el control de la toma de decisiones", señala, por su parte, Gabriela Vázquez, miembro de la Fundación Entretantos.

Para Tomás García, investigador del CSIC, "el reto está en conseguir que la agricultura familiar pase el Rubicón y entre de lleno en la agricultura 4.0 de una manera sostenible y eso es por parte de los agricultores organización y por parte de la administración acompañamiento, consejo, investigación y apoyo financiero para esta transición agroecológica".

"Es un problema de todos, pero es un problema estructural que tiene que ver con que nuestras políticas públicas están enfocadas a maximizar la rentabilidad del capital, y no a maximizar la buena vida de las personas, y yo creo que el cambio tiene que venir por aquí", defiende Daniel López García, miembro del CSIC.