Con la globalización, las grandes compañías han conseguido disputar el poder a los propios estados. En España, un ejemplo de la pérdida de soberanía está en un pueblo de Sevilla, Fuentes de Andalucía. Allí se puede ver una construcción que alguno de los vecinos define como "una nave espacial".

Se trata de una planta termosolar con centenares de placas construida por el fondo Masdar de los Emiratos Árabes Unidos. Por esta inversión, el Estado fue condenado a pagar a este fondo 80 millones de euros. La empresa emiratí invirtió en España porque entonces el Gobierno incentivaba mucho su rentabilidad. Cuando esto cambió, denunció a nuestro país ante el tribunal que le venía mejor, el del Tratado Internacional de la Energía.

En el vídeo sobre estas líneas, laSexta Columna analiza con Lucía Bárcena, investigadora del comercio en la Unión Europea, qué es este organismo diseñado por los grandes inversores para defender sus intereses y por qué países como España o Francia ya han anunciado que lo van a abandonar.