La inspiración de las políticas de vivienda de Viena también llega hasta Pamplona, donde ya se plantean limitar el precio de los alquileres. Mientras tanto, a apenas 4 kilómetros y en sólo año y medio, se han levantado 39 pisos destinados a convertirse en vivienda pública de alquiler. 

Son viviendas industrializadas, una construcción de madera que se ensambla por partes que, explica la consejera de Vivienda del Gobierno de Navarra, Begoña Alfaro, "se ejecutan y realizan en fábrica y después se instalan y se construyen en destino". Ante la emergencia habitacional, han empezado a construir este tipo de pisos para alquiler público en zonas con escasez de vivienda. Sus ventajas, señala Alfaro, son "mayores índices de calidad", así como "abaratamiento de costes y agilización en los plazos" cuando se construye a escala.

El resultado es viviendas de 2 a 4 dormitorios, con trastero y garaje, cuyo alquiler será la mitad de lo que se pagaría en el mercado privado. "El precio para los inquilinos es el precio oficial establecido, por tanto una vivienda estándar de 70 metros al inquilino le costará en torno a 450 euros y estamos hablando de la mitad, teniendo en cuenta los precios medios de Pamplona y nuestra comunidad", señala la consejera. 

Desde la empresa pública de vivienda de Navarra además se impulsan otros proyectos con participación privada. Entre ellas Alfaro detalla las "3.000 promociones en manos de promotores privados destinados al alquiler asequible", porque perciben una subvención del 35% por piso, así como "mil viviendas cedidas a la bolsa de alquiler".

"Ese mantra de que el mercado se regula solo es totalmente falso, lo único que ha conseguido hasta ahora en lo relativo a la vivienda es expulsar a las familias", afirma rotunda la consejera, que defiende la intervención de las administraciones.