Arabia Saudí quiere crear una ciudad futurista y presumiblemente ecológica, una urbe de 170 kilómetros de largo que se extienda como una línea desde el desierto hasta el mar Rojo con paredes espejo, 500 metros de altura y 200 metros de ancho.

"Quiere convertir una ciudad, de la nada en el centro del desierto, en un gran centro financiero, un gran centro turístico para recibir turistas billonarios de otras partes del mundo. Se ha hablado incluso de que quiere recrear una especie de Jurassic Park dentro de la ciudad de Neom", indica David Hernández, autor de 'El reino de Arabia Saudí y la hegemonía de Oriente Medio'.

Además, Arabia Saudí publicita un futurible parque de atracciones sobre una plataforma petrolífera. Todo puesto al servicio de la modernidad en el país donde está la Meca, uno de los mayores símbolos de la fe en un país con una versión muy extrema del Islam.

"Muchos de los cambios que está auspiciando el príncipe heredero chocan de lleno con la resistencia del clero wahabí. De hecho, hay algunos clérigos críticos que han sido detenidos y han sido encarcelados", explica Ignacio Álvarez Osorio, catedrático de Estudios Árabes de la Universidad Complutense de Madrid.