"Nunca máis" (nunca más) fue el lema que la población gallega acuñó en 2002 tras el desastre del Prestige para mostrar su descontento con el Gobierno de aquel entonces por la gestión realizada. No obstante, dos décadas después, los pellets han demostrado que nada ha cambiado.

Pese a haber pasado 22 años entre ambos hechos, los puntos en común son varios. El aspecto positivo en común fue la respuesta de la población gallega, con cientos de voluntarios colaborando en la limpieza de su territorio. Sin embargo, las repeticiones destacan más en lo negativo.

Los pellets, al igual que el Prestige, se extendieron a Asturias, Cantabria y País Vasco en una situación que se minusvaloró entonces igual que ahora. Algo que provocó entonces la indignación del pueblo gallego, como está empezando a ocurrir en el presente otra vez.