Llegó un momento en el que Jesús Gil y su entorno se sentían intocables. Sin embargo, un día todo eso cambió. Tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados por el 'caso camisetas'.

Un desvío de 450 millones de pesetas para pagar publicidad del Atlético de Madrid. En 1999, el desvío de dinero del ayuntamiento de Marbella al Atlético de Madrid lleva a Jesús Gil a los juzgados.

Antonio Sampietro, que llegó a ser concejal de urbanismo con Gil en el ayuntamiento de Marbella, "el único que le cantaba las 40" en sus propias palabras, cuenta cuándo se acabó el 'Gilismo'.

"Cuando entra la administración española y cuando entra la política española. Es presidente de Ceuta, gana las elecciones en Melilla, gana las elecciones desde Málaga hasta Algeciras... Y dicen 'eh, cuidado', y de ahí llega el pacto anti-Gil", relata.

La preocupación llega cuando Gil empieza a expandirse a Ceuta y Melilla, momento en el que "se encendieron todas las alarmas", según relata José Luis Rodríguez, exalcalde de Marbella.

"Siendo Rajoy ministro de Aznar, le dice en Marbella: 'Jesús, si vas a Ceuta y Melilla, dice el presidente que te vas a electrocutar'", cuenta José Carlos Villanueva, director de 'Marbella confidencial'. Y se electrocutó.

Los marbellíes empezaron a verle entrar y salir de los juzgados en demasiadas ocasiones, llegaron los primeros abucheos. Le inhabilitaron como alcalde y acató el camino del victimismo, definiéndose como "un perseguido político".

Fue el momento que marcó su declive, una imagen muy distinta a cuando enseñaba su casa de Marbella sin pudor alguno delante de los medios de comunicación.