Hoy el pozo Sotón de San Martín del Rey Aurelio es una atracción turística, un museo de la lucha obrera. Visitarlo con Avelino Pérez es especial. En su día, él fue uno de los cabecillas de esa lucha y ahora camina entre las tumbas de los compañeros que perdieron su vida en el carbón.

Su historia es la de muchos otros obreros sindicales franquismo. Avelino pasó 18 meses en prisión por atreverse a sindicarse en tiempos de Franco, pero eso no le doblegó. Al salir de la cárcel, él fue uno de los 300.000 trabajadores que secundaron la Huelgona de 1962 en toda España.

"Nosotros montamos un equipo de propaganda de la UGT y me pusieron a mí al frente de ello. Igual sacábamos 40 ó 60 hojas con puntos reivindicativos como la jornada de siete horas, el sueldo digno y todas esas cosas", explica Avelino ante las cámaras de laSexta Columna.

Ser uno de los líderes de esa protesta casi le cuesta la vida. Avelino se salvó de los disparos de la Policía arrojándose al río, crecido y helado por aquel entonces. Después, su lucha le obligó a exiliarse en Francia. En Asturias quedaría su mujer embarazada de la niña a la que no pudo conocer hasta cinco años después y a la que no pudo acostumbrarse hasta su vuelta definitiva a España tras la muerte de Franco.