Grupos anarquistas planearon otra acción inédita para asesinar a Franco. Para atentar, eligen un día especial: una tradicional regata de traineras en la playa de La Concha, en San Sebastián, a la que sabían que Franco iba a asistir. La premisa, como en el resto de atentados, era evitar víctimas inocentes. Y empezó la operación.

"Franco partió en una canoa de Marina hacia la salida de las regatas", explica Eliseo Bayo, periodista y autor de 'Los atentados contra Franco', que ha detallado: "La operación consistía en llegar desde las alturas, acercarse, dar una pasada, otra y soltar las bombas". Todo iba según lo previsto. Excepto que el avión cargado con las bombas no estaba solo en el aire.