El Frente de Juventudes de Franco era la sección juvenil de Falange. Una organización que hacía en España lo que las Juventudes Hitlerianas en Alemania. Ambas se esmeraban en inculcar el amor a la patria y la fidelidad al líder.
Ya en 1943 el NO-DO publicitaba la lealtad de las Juventudes al dictador: "Magnífica muestra de la adhesión, de la disciplina y del fervor que alienta en estas futuras mocedades de Franco y de España". Los jóvenes fascistas europeos compartían modelo.
Así que los españoles se montaron un interrail y viajaron a Berlín en 1939. Pasearon el yugo y las flechas ante el público germano, y confraternizaron con sus rubios camaradas. Las Juventudes Hitlerianas también demostraron su amor por las costumbres hispanas.
Montaron un campamento en la sierra madrileña, donde los niños nazis se relajaban jugando al ajedrez. Y fueron de visita cultural a la tumba de José Antonio Primo de Rivera. Así, las Juventudes Hitlerianas pasaron a convertirse en visitantes asiduos del territorio español a partir de 1940.