Ana, Encarna y Juana sufrieron la represión sexual de la dictadura y ahora recuerdan sin tapujos cómo era amar en tiempos de Franco. Esta represión se ve reflejada en que la primera relación sexual de las tres tiene algo en común: fue con su marido cuando se casaron.

Según explican, en aquellos tiempos no existía la educación sexual y lo que se podía aprender era "hablando con las amigas", aunque "no podías hablar mucho porque era pecado y luego te tenías que confesar si habías hablado de sexo".

Toda esa represión sexual hacía imposible disfrutar del sexo e incluso tuvieron que explicar al marido que el orgasmo femenino existía, ya que el hombre "no tenía en su hoja de ruta que hubiera que darle placer a la mujer".