El Teniente Coronel Pedro Antonio Blanco fue la primera víctima de ETA después de que los terroristas rompieran su primer alto el fuego indefinido en el año 2.000.

"Hubo un silencio de segundos, como si el mundo dejara de respirar en ese momento y, de repente, todo e llenó de sirenas y humo", relata Conchita Martín, su viuda.

"A partir de ese momento tienes que aprender a vivir de otra manera, debes buscar muletas para seguir adelante y cada uno lo hace como puede", añade.

Hoy Conchita es una de las víctimas de ETA que acude a colegios para que los jóvenes sepan lo que fue el terrorismo.

En laSexta Columna también analizan las claves de por qué ETA tenía parte de apoyo social en Euskadi y era vista como liberadora por algunos.