Días después de comprar Unipapel, Springwater dejó de pagar la Seguridad Social de sus trabajadores en toda España, lo que provocó protestas. En pocas semanas, las naves se quedaron sin suministros y los obreros sin tareas. En cuanto pudo, dejó de pagarles su sueldo. Así, le tocaría pagar al Estado y no al empresario.

"No es un fondo buitre, es un saqueador", critica Javier Pérez, presidente del Comité de empresa de Unipapel de Madrid. La misma persona construyó un entramado de empresas que se concedían prestamos unas a otras y, de paso, saqueaba sus cajas sin importarle que acabaran quebrando.

"Ese dinero se lo va pasando a las otras empresas que compra y las que están dentro no puede hacer compra de materia prima y se van arruinando. Pero mientras, ha ido sacando todo el dinero y pasándola al resto", explica Pérez.