En la campaña de la 'España vacía' hemos visto a Pablo Casado confraternizando con el ganado, a Pedro Sánchez apreciando la arquitectura o a Albert Rivera inaugurando cartelería en un pequeño pueblo tirando de tecnología. Y es que la 'España vacía' es un extenso terreno de juego decisivo en estas elecciones.
Tradicionalmente, estas provincias pequeñas no han sido muy decisivas porque el PP y el PSOE se llevaban casi todos los escaños en la España vacía, con cierta ventaja para el PP. No había mucho en juego. La novedad este año es que sí están en juego.
En 28 circunscripciones electorales se eligen menos de seis diputados. Son las provincias más despobladas. De los 350 escaños del Parlamento deciden 103. Siempre han sido un nicho de votos para el PP, pero ahora el jinete Abascal se ha subido al tractor y Casado teme perder su feudo.
Puede ocurrir que la derecha tenga más votos que la izquierda, pero divididos en tres, de forma que aunque la derecha tenga más votos que la izquierda la primera fuerza a nivel nacional sea el PSOE. Realmente estamos en un escenario en el que unos pocos votos pueden dar un escenario muy distinto y esto no pasa siempre.