Jeremy Corbyn ha sido el último en apuntar al electorado de izquierdas. "Yo acepto la oposición de los billonarios, porque haremos que los de arriba paguen la cantidad justa de impuestos", dijo en campaña. Pero su flecha ni siquiera ha rodado la diana.

Corbyn era el líder de los laboristas británicos en las elecciones de diciembre. En su programa proponía nacionalizar el agua, los ferrocarriles, o el servicio de correos. Además, habló de nuevos impuestos y mejoras en la educación pública.

Sus propuestas no convencieron. En diciembre de 2019, los laboristas perdieron 59 escaños: su peor resultado desde 1935, cuando todavía había carromatos entre los coches de Londres. Han perdido incluso en ciudades donde los conservadores nunca habían ganado.