Cristina Alonso fue una luz en medio de los momentos más difíciles de la gente con VIH. Con sólo 21 años decidió dejarlo todo y montar la primera casa de acogida en España para personas con VIH. Era 1990.
"Poner en marcha un proyecto no es fácil, pero, además, un proyecto como este donde íbamos a atender a personas que la sociedad consideraba basura, escoria, porque eran personas con sida, adicciones, se prostituían... ya de por sí tenían un estigma y se les sumaba el hecho de tener sida [...] Íbamos por un pasillo y la gente se apartaba como si fuéramos leprosos", explica Cristina Alonso, educadora.
Con la asociación BASIDA, Cristina formó una gran familia, una en la que muchos de sus miembros morían poco después de llegar. "En cinco años había fallecido en nuestra casa 175 personas. Eran persona que ya vivían, la mayoría, en la marginación. Venían con un deterioro grave a nivel físico, psicológico y social. Muchas veces solo teníamos tiempo de darles cariño, una muerte digna, acompañada. Intentar dar esperanza... fueron años difíciles".
Tres décadas después, han conseguido montar dos casas de acogida más. En ellas no sólo hay personas con VIH y la exclusión se convierte en esperanza. "Ellos durante su vida anterior no han tenido motivación ni aficiones. Se dedicaban a conseguir droga. Una vez les quitas el consumir su vida se queda vacía. Intentamos que su vida tenga un sentido, que tengan una ocupación, una responsabilidad, que se sientan útiles", añade Cristina Alonso.
Además, laSexta Columna refleja cómo el cómico Albert Boira vivió un auténtico calvario tras contagiarse de VIH. Puedes ver su testimonio en el vídeo que se incluye a continuación.