La peste negra llegó en el siglo XIV. A priori, también lo hizo desde China como el coronavirus. En ese momento, Europa pasó de tener 80 millones de habitantes a tener 30 millones y España pasó de seis millones a dos y medio.

Sin embargo, aprendimos varias cosas. La primera, que con el comercio global no solo se intercambian monedas, sino que también importamos y exportamos enfermedades.

"La globalización exige pensarla bien y no basta con pensar el mundo como negocio. De hecho, la codicia de los comerciantes fue un poco la razón luego de su ruina", afirma José Enrique Ruiz-Domènec, historiador.

La peste negra no solo fue el preludio a la Edad Moderna, sino que también lo fue de las ciudades modernas, cuyas murallas servían también para controlar a los contagiados.

Para el periodista de 'La Vanguardia' Josep Corbella, "hay varias lecciones que aprender aquí; una es que hay una manera de contener las epidemias y es estar preparado y aplicar medidas de vigilancia epidemiológica".

La peste cambió el mundo y ahora, 700 años después, nos hacemos esta pregunta: ¿lo cambiará también el coronavirus? En este sentido, José Enrique Ruiz-Domènec asegura que "cuando analicemos lo que ha sucedido en el año 2020, nos daremos cuenta de que la epidemia del COVID-19 ha producido ese fenómeno que en historia se conoce como 'Un antes y un después'.