A principios de los años 60, Estados Unidos y la URSS estaban en plena Guerra Fría. Corrían para ser la primera potencia en conquistar el espacio. 60 años después, el mundo vuelve a vivir una carrera especial; una competición entre las principales potencias para que su vacuna despegue y conquiste el terreno inexplorado de la inmunidad.

Como en 1957, Rusia se ha adelantado. El país ha sido el primero en registrar una vacuna. La ha bautizado, inocentemente, 'Sputnik', como el primer satélite que la URSS consiguió mandar al espacio. "La primera vacuna del mundo: Sputnik V", ha asegurado Putin.

"En estos momentos, quien tenga una vacuna efectiva tiene más poder que quien tenga una bomba nuclear. Por eso se ha lanzado toda esta carrera geopolítica", ha asegurado Rafa Vilasanjuán, director de Análisis y Desarrollo Global del ISGlobal.

La vacuna rusa aún no ha pasado todos los ensayos clínicos, pero Putin está tan seguro de que funciona que dice que se la ha puesto una de sus hijas. "Después de la segunda temperatura la temperatura subió un poco, y eso fue todo", afirmó el mandatario ruso.

En China el conejillo de indias ha sido el Ejército. Pekín ha inyectado a sus soldados la vacuna 'CanSino' que desarrolla el equipo de la epidemióloga Chen Wei. Se ha convertido en una heroína nacional. En marzo, para demostrar la fe que tenía en su compuesto, se llegó a publicar una foto en la que, supuestamente, se inyectaba su vacuna.

Incluso, antes de que se hubiera probado en animales. "Hemos hecho todos los preparativos para empezar los ensayos clínicos formales en cualquier momento", aseveró Wei. La de esta doctora es una de las vacunas que han llegado a fase tres.

Cuando el compuesto se prueba en miles de voluntarios. Hay diez finalistas: cuatro se desarrollan en China, una en Rusia, una en Reino Unido y una entre Alemania y EEUU, que también está investigando otras tres vacunas. Precisamente, Trump quiere ganar las elecciones, por lo que ha invertido más de 10.000 millones de dólares en conseguir la vacuna. Tiene tanta prisa, que aunque no han sido aprobadas, las vacunas ya se están fabricando.