Cuando los casos de coronavirus comenzaron a expandirse por todo el globo, afloraron las comparaciones con advertencias del pasado. Ya en 2015, Bill Gates avisó en una de sus conferencias de que estamos preparados para una guerra, pero no para una pandemia. "Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, es más probable que sea un virus altamente infeccioso que una guerra", aseguraba el magnate.

Lo mismo ocurrió con David Quammen, uno de los mayores expertos del mundo en pandemias. Él pronosticó en 2012 que la próxima pandemia vendría de un coronavirus. Ahora, nos ha explicado que "el coronavirus procede de un animal salvaje, muy posiblemente de un murciélago" y que se ha dado "en algún lugar del mundo donde los humanos tienen contacto con animales salvajes en los mercados, como es el caso de China.

Además, la película 'Contagio', que se estrenó en 2011, presenta muchas coincidencias con la situación actual. En el film, una mujer se infecta en China y de allí se inicia un gran brote del virus. Cuando llega a occidente, se improvisaban hospitales de campaña y se cerraban las fronteras.

En esta obra del cine estadounidense las autoridades repetían un consejo: "El mejor aliado es el distanciamiento social". Una idea que hemos oído en las últimas semanas de boca de políticos, autoridades sanitarias o expertos de la materia. El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistía en sus comparecencias en el "distanciamiento social".