La Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial se recuperó gracias a un plan que devolvió la industria al continente.

El mismo que ahora España evoca. "Un nuevo plan Marshall que habrá de contar con el respaldo de todas las instituciones comunitarias": así lo pedía Sánchez en pleno estado de alarma.

Con el dinero del Plan Marshall se reconstruyeron entonces países enteros. Y hoy, la Europa de la globalización, la que compra a China, echa de menos su industria.

El coronavirus ha infectado la economía mundial. La ha paralizado, y según la Organización Internacional del Trabajo pone en peligro más de 200 millones de empleos.

Entre los más afectados, trabajadores de la economía sumergida y los autónomos, propietarios de pequeños negocios que han tenido que pagar sus persianas. Por eso, incluso los líderes de los países mejor posicionados en la UE sostienen que, después de la pandemia, habrá que plantear una reestructuración de la industria propia.