El franquismo, oculto y blanqueado. Es la situación que se ha vivido en lugares como Fabero del Bierzo. Enrique Javier Díez Gutiérrez es profesor de Educación en la Universidad de León y hace diez años participó en un documental en el que se hablaba de los horrores del franquismo allí.

Había un campo de concentración y 250 presos republicanos trabajaron como esclavos en minas. Todos los jóvenes del lugar expresaron una misma idea: la represión franquista fue silenciada.

Pese a criarse a unos metros del lugar del horror, no conocen lo que que les hicieron a sus abuelos. "Nos llevamos la sorpresa de que preguntando a alumnos no tenían ni idea de que sus abuelos habían sido presos de Franco", reconoce Enrique.

En ese momento, decidió empezar a buscar respuestas en libros de texto de toda España. En ellos, encontró alabanzas al dictador, como en uno en el que se asegura que Franco tuvo "una brillante carrera". También entrevistó a más de 600 profesores que, en su mayoría, no explicaban en clase la represión de la dictadura por evitar conflictos con los padres.

Aquellos jóvenes de Fabero del Bierzo no iban a quedarse sin conocer su historia. Les acompañaron a visitar lo que queda del campo de concentración.

El Gobierno pretende sancionar la exaltación franquista con multas entre 10.000 y 100.000 euros. La pregunta es obligada: ¿Hay que endurecer las leyes o basta con educar sobre el franquismo?