España no solo está sufriendo una crisis de recepción de turistas, también como generador de ellos.

Tito y Olmo Llopis son hermanos y tienen una pequeña agencia de viajes en Valencia desde 2005. Juntos han capeado crisis como la del turismo por internet o la económica de 2008. Ninguna ha sido tan fuerte como la generada por la pandemia de COVID-19.

"Desde el 14 de marzo cerramos, nos estamos dedicando a hacer cancelaciones y devoluciones. Nos pilló en el peor momento del año, cuando la gente empieza a contratar las vacaciones de verano", explica a laSexta Columna uno de los copropietarios de la agencia de viajes Holbox.

Ahora la agencia de viajes sólo tiene gastos. Para sobrevivir piden al Gobierno medidas similares a las de Italia, donde se han emitido bonos para ayudar a las familias a viajar.

Tito y Olmo están recibiendo ayuda del Estado por ser autónomos, unos ingresos que desaparecerán con el final del estado de alarma. Creen que no serán suficientes.

El año que fuimos de vacaciones acechados por una pandemia

Así, el coronavirus dejará un verano atípico y muy complejo. Con restricciones en playas y piscinas, los viajes se harán bajo control y pendientes de la evolución del virus. Encaramos unas vacaciones difíciles en plena pandemia.

Lanuza (Huesca), un paraíso rural en plena crisis del COVID-19

El hotel de Marian está en Lanuza (Huesca), uno de los paraísos del turismo rural en España. Con el coronavirus se cancelaron todas las reservas. Ahora, vuelve a la vida poco a poco. Van camino de completar los dos meses más fuertes de verano.