laSexta Columna se remonta a octubre de 2017 cuando el Parlament de Cataluña votaba la Declaración Unilateral de Independencia. Fue aprobada por 70 votos a favor, era muy esperada y celebrada.

Las calles se llenaron de gente emocionada con la noticia que celebraba por fin el objetivo esperado. Pero todo eso cambió una vez se sentaron los políticos independentistas en el Tribunal Supremo.

Allí todo se convirtió en "una declaración simbólica", "un acto no concluyente". Pasó a ser una declaración de independencia "intrascendente", "una declaración política", "sin consecuencias jurídicas".

"La prueba es que estamos aquí (en el Tribunal Supremo) y no está la independencia", señalaba Dolors Bassa en el juicio. En su alegato final, el abogado de Joaquim Forn fue todavía más allá diciendo que la independencia "nunca fue real".