Paula Cristobal vive en el Sariego, Asturias. Es la dueña de una cooperativa de producción ecológica y, con la llegada del confinamiento sus ventas se paralizaron.

El mercadillo en el que solía vender la mayoría de sus productos quedó suspendido y la mayoría de sus clientes no podían acercarse hasta donde reside.

Con el confinamiento, Paula perdió el 60% de sus ventas y tuvo que subsistir con lo que compraban sus vecinos.

"No podemos comprender que se haya priorizado la compra en los supermercados y no se haya tenido en cuenta a los pequeños productores como nosotros", ha explicado.

Paula cree que la crisis del coronavirus nos ha enseñado el valor de lo que comemos, la importancia de la soberanía alimentaria.

El virus que convirtió los pueblos en oro

Los pueblos tienen notables ventajas de las que carecen las ciudades en plena pandemia. Así, los que antes huían a la gran ciudad hoy buscan el remanso de otros rincones de España.

El confinamiento ha hecho que muchos ciudadanos se replanteen su forma de vida: la libertad del campo y las ventajas de la España vaciada se han convertido en un bien preciado para muchos de los residentes en las ciudades.laSexta Columna pone el foco sobre aquella España que hoy todos añoran.

Las limitaciones de la sanidad en la España rural

Agustín Gotor es médico rural en Valdealgorza, un pueblo de 600 habitantes de Teruel, y lleva dos meses trabajando en su consulta y en la del pueblo de al lado, porque en la España vaciada la falta de médicos se ha notado todavía más que en las grandes ciudades.

A pesar de haber lidiado 40 años con las limitaciones de la sanidad en el campo, ha reconocido en laSexta Columna que jamás se había enfrentado a algo como el coronavirus: "Nunca había habido un tsunami de estas características. Es la primera vez y espero que sea la última".