La estrella que preside la bandera de Israel es la de David que, después de matar al gigante Goliat contra todo pronóstico, se convirtió en el segundo rey de Israel y fue ampliando su territorio a golpe de espada, según la Biblia.
Hoy en día, Israel tiene otro rey, el 'rey Bibi', apodo de Benjamín Netanyahu, que cree que su expansión está legitimada por las sagradas escrituras. A Netanyahu es habitual verle rezando o acudiendo a visitar rabinos como estrategia política.
"Netanyahu se ve a si mismo como un mesías en el sentido religioso. Él, de hecho, no es un judío religioso, es judío a nivel identitario, pero no practica demasiado el judaísmo", señala Blas Moreno, codirector y editor jefe de 'El Orden Mundial', que explica que "de hecho, se le critica por comer beicon".
Sin embargo, el periodista apunta que "sí que se ve a sí mismo como alguien que ocupa el lugar idóneo en el momento oportuno y que es el elegido para salvar a Israel de sus amenazas externas".
Para Lev Luis Grinberg, catedrático emérito de Sociología de la Universidad Ben Gurion del Neguev, "lo que están haciendo no es algo que pueda llamarlo judío": "Lo que está haciendo este Gobierno es un desastre que está generando antisemitismo", sentencia.