En el que un día fue el granero del mundo, Argentina, hoy hay gente que pasa hambre. Especialmente, los habitantes de las llamadas villas miseria, donde las calles no están asfaltadas, no hay un sistema de alcantarillado y saneamiento correcto, y las casas son de construcción autónoma. Allí se concentra la población más empobrecida del país, excluida del acceso a empleos de calidad, a una educación de calidad...
laSexta Columna ha visitado a una de las vecinas del barrio 22 de enero, en Buenos Aires, a sólo dos kilómetros del muy turístico Obelisco. Natalia Mabel Flores es madre soltera y vive con sus cuatro hijos y una nieta en una situación muy precaria.
Su mensaje es desolador: "Hoy en día, mis hijos no tienen futuro", sentencia. Natalia forma parte del 51% (51,7%) de la población que necesita ayudas sociales del Estado para sobrevivir, pero ni con eso le alcanza, asegura.
Para obtener lo que ellos conocen como planes sociales, Natalia tiene que trabajar en una cooperativa: "Todas las familias de clase baja estamos preocupadas, porque la mayoría nos sustentamos con esto... No es que vivamos con esto, trabajamos", asegura.
Así, lamenta las políticas que anuncia Milei para acabar o congelar algunas de estas ayudas. "Para nosotros, lo que es mi clase, clase baja, clase obrera, clase trabajadora, lo vemos muy mal... No nos beneficia, lo único que beneficia es a las multinacionales, todos los empresarios amigos de él... Nosotros, los pobres, no vamos a recibir nada", denuncia Natalia.
Ante esta situación, asegura que va a llegar un momento en el que solo van a poder comer una sola comida al día.