Aunque 'peces gordos' como Hitler, Himmler o Goebbels se suicidaron para evitar una ejecución, 11 de los miembros de la cúpula del régimen nazi juzgados en Núremberg fueron condenados a muerte. El encargado de ejecutar las sentencias fue John Clarence Woods, verdugo del ejército de Estados Unidos.

LaSexta Columna analiza la figura de este sargento al que periódicos de la época describían como un hombre con "18 años en el oficio" y "313 ejecuciones" a sus espaldas, pero que luego se sabría que había inflado su currículum. En el vídeo sobre estas líneas se cuenta cómo, debido a su falta de experiencia, algunas de las muertes de los condenados, que en manos de un profesional habrían sido casi instantáneas, terminaron produciéndoles agonías que en algunos casos llegaron hasta más de 20 minutos.