Con la captura, juicio y ejecución del arquitecto del holocausto nazi Adolf Eichmann, nace la leyenda del Mossad, la temible inteligencia israelí. Tras los atentados de Múnich contra varios atletas israelíes, el Mossad fue ejecutando a los presuntos cerebros del ataque por distintos países del mundo en misiones secretas, pero también aprovechó para asesinar a personas del entorno del presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat.

Algo que en los últimos años habría seguido haciendo con otro enemigo, Hamas. Uno de sus comandantes habría muerto en Dubai a manos del Mossad al poco de llegar Netanyahu al poder. Pero hace unos años, el jefe del Mossad se enfrentó a su primer ministro  cuando éste quiso convencer a la ONU, con una imagen poco trabajada, de que Irán estaba a punto de conseguir la bomba nuclear. El Mossad lo desmintió. 

"Tanto los reservistas como la comunidad de inteligencia han tenido un papel crítico a la hora de organizar toda la oposición social contra el gobierno de Netanyahu y sus políticas antidemocráticas", explica Sonia Sánchez, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria, en el vídeo sobre estas líneas.

Ya como ex jefe del Mossad, alertaba de que Israel no podría vivir tranquila en la zona siguiendo la política incendiaria de Netanyahu con un ministro de Seguridad que, apunta Sánchez, "es un activista terrorista simpatizante del movimiento Kag, que es un grupo terrorista judío": "Era como darle una cerilla a un pirómano para incendiar el bosque", sentencia.