laSexta Columna se traslada hasta unos viñedos de Pontevedra que han transformado su explotación introduciendo drones, robots de tierra, datos satelitales y sensores del campo. Con estas máquinas detectan mucho antes si sus preciadas uvas pueden caer enfermas.

Según sus cuentas, en tres años trabajando con inteligencia artificial, esta bodega ha reducido un 50% el dinero invertido en detección y tratamiento de enfermedades. Y de paso, también cuidan más el medioambiente, porque ahora pueden detectar el problema mucho antes. "Pongamos una parcela de 10.000 metros cuadrados. Si un dron y un robot detecta una enfermedad en una parte de 200, sólo va a tratar esa parte. Estamos cuidando la salud medioambiental, del suelo, del aire, y de las uvas", explica Emilio Rodríguez, director enológico de Bodegas Terras Gauda, en el vídeo sobre estas líneas. 

Sobre si la IA sustituye al trabajo humano, Emilio afirma que "una persona que antes visitaba el viñedo para ver si había enfermedad, ahora tiene que reciclarse y conocer el manejo de esa plataforma que le da toda la información".

"Anticiparse, que es lo que permite la inteligencia artificial, puede ser vital, pero tiene otros problemas, como que los agricultores no saben manejar estas herramientas digitales o que la conectividad no es tan buena o la adecuada", apunta Marta Juste, periodista de Tecnología en Expansión.