Fermín Arellano es un anciano que vive cerca de Pamplona y pasa muy a menudo frente al monumento franquista donde el general Mola fue enterrado, con honores, durante la dictadura. El general Mola ordenó asesinar a ciudadanos como Juan, el padre de Fermín.

Juan, que fue detenido el mismo día del golpe militar, fue fusilado en las Bardenas Reales de Navarra junto a otras siete personas. "Los dejaron desangrarse y los llevaron a Tudela, al cementerio. Los echaron en la puerta de entrada para que los viera la gente y cogieran miedo", relata a laSexta Fermín.

Uno de los asesinos robó el traje que Juan vestía, y tras su muerte paseó por el pueblo, durante unas fiestas, vestido con el atuendo. De esta forma tan cruel la familia descubrió que los golpistas habían asesinado a Juan. "Mi abuela le dijo: oye, fulanito, qué poco te ha costado ese traje; y él le contestó: donde iba a ir no lo necesitaban", rememora entre lágrimas Fermín, quien lamenta la "frialdad y lo sinvergüenzas que eran".

Cuando su padre fue fusilado, Fermín tenía apenas dos años, por lo que descubrió los hechos un tiempo más tarde, durante un entierro al que acudió con su madre. "Mi madre, al despedirse de la viuda le dijo: al menos usted sabe que su marido está en el cementerio y puede ir a rezarle, pero yo no sé dónde está mi marido", recuerda Fermín, quien desvela, a continuación, que esa situación le "tocó el corazón". "Entonces me prometí a mi mismo buscar a mi padre donde fuera", concluye.