Por primera vez en nuestra historia, el candidato más votado no tiene asegurada la presidencia del Gobierno. El proceso será igual que siempre: el rey propondrá al candidato más votado para que intente formar gobierno, el líder del partido más votado sube a la tribuna e intenta convencer para que lo apoyen y después del debate los diputados votan de viva voz.
La habitual liturgia de la investidura del presidente: el rey, el discurso del principal partido y la votación de los diputados