Si Doñana lleva décadas siendo parque nacional, es gracias en parte a que alguien consiguió engañar a Franco, que quería desecar la marisma para aumentar la producción agrícola y así poder dar de comer a la hambrienta España de los años 50.

Federico Valverde conversa con laSexta Columna y explica cómo fue el plan de su padre, el naturalista José Antonio Valverde, para salvar Doñana comprando las tierras para que nadie pudiera destruirlas, a pesar de no tener el dinero. "Se le mete en la cabeza que pueden hacer el primer crowdfunding de la historia para la defensa de la naturaleza", comenta Federico.

José Antonio trajo a naturalistas europeos a Doñana y convenció a periodistas y fotógrafos para que rodasen vídeos como el que se puede ver sobre estas líneas, una estrategia de marketing para conseguir dinero. Él mismo explicó en los 90 que "resultaba mucho más necesario apoyar a los fotógrafos que a los investigadores. Ellos hacían fotos y escribían artículos que nos hacían la propaganda gratis", recuerda Federico. 

Los donativos llegaban, pero Valverde aún necesitaba convencer a Franco. Para engañarlo, tiró de su 'amiguete', el príncipe de Holanda, al que pidió que firmase una carta dirigida al dictador, escrita por el propio Valverde, para que salvase Doñana. Para contestar al príncipe, Franco recurrió al propio Valverde, que acabó carteándose consigo mismo. El generalísimo quedó tan concienciado, que la dictadura incluso puso dinero para comprar el humedal y, en 1969, Doñana se declaraba parque nacional.