Tras un mes de incesantes bombardeos, con ambulancias como objetivos militares, el estruendo resuena cada vez con más fuerza en la sede la ONU. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, empezó denunciado los asesinatos y secuestros de Hamás.

Días después, con los continuos bombardeos sobre Gaza, Guterres empieza a apretar a Israel. A esas palabras reacciona el representante israelí ante la ONU, uno de los dirigentes más extremistas del partido Likud del primer ministro Netanyahu, que ha llegado a comparar su situación hoy con la de los guetos sometidos por los nazis: "Mi equipo y yo nos vamos a poner la estrella amarilla", advertía justo antes de llevarlo a cabo.

"Esa combinación de victimismo, de sobreactuación y de instrumentalización de algunas estructuras de Naciones Unidas es la forma de actuar de Israel", explica Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense. Israel pide la dimisión de Guterres y además rompe relaciones con la ONU, pero su secretario general no ha parado de denunciar el sufrimiento de los palestinos.