Francisco Bravo, constructor y militante del PP, era un viejo amigo de Eduardo Tamayo. Terminó por reconocer que había reservado la habitación de hotel donde éste se refugió tras la "espantada" de la Asamblea de Madrid.
"Somos víctimas de unos intereses personales y personalistas de los que somos totalmente ajenos; nosotros somos empresarios, no somos políticos", lamentaba Bravo, como puede observarse en el vídeo situado sobre estas líneas. Alfonso P. Medina, responsable de Tribunales de laSexta, señala que se trataba de una persona "conectada con el mundo inmobiliario y con el PP a través del que era su secretario general, Ricardo Romero de Tejada".
En el esquema de la trama, el constructor Francisco Bravo es un primer nexo de unión entre Tamayo y Romero de Tejada. Éste último se defendía asegurando que sólo conocía a Bravo "de dos o tres veces". Sin embargo, una de las pocas ocasiones en las que se encontraron fue el mismo día del 'tamayazo'.
"Es mucha casualidad que el día del 'tamayazo', Bravo estuviera reunido con Romero de Tejada en la sede del PP (...) Para quien quiera creer en las casualidades, desde luego que sí", expone Felipe Serrano, periodista y autor de 'El Tamayazo: crónica de una traición'. "No da ni para un capítulo de CSI porque es que es tan evidente que no tiene ni intriga; es evidente lo que estaba pasando", lamenta Rafael Simancas.