Hace 20 años, la República de Malawi sufrió una sequía devastadora. Allí, un niño llamado William inventó un molino con chapas, mazorcas y chatarra. Consiguió que generara electricidad para extraer agua y regar los cultivos, salvando a toda su comunidad.

En España, estos pequeños molinos también son una alternativa para aquellas zonas en las que la electricidad no llega bien o es demasiado cara. Daniel Jesús Ruiz distribuye Internet a clientes de zonas con difícil acceso y necesita que sus repetidores no tengan cortes, así que además de placas solares está probando con éxito varios miniaerogeneradores. "Aunque nieve, granice o haya niebla muy cerrada, somos completamente operativos", explica el gerente de Wifinor Telecomunicaciones.

En el vídeo sobre estas líneas, laSexta Columna analiza con Daniel las ventajas de la minieólica tanto para empresas como particulares, aunque para estos últimos, de momento, tiene menos recorrido.