Ante los escándalos, la monarquía española necesita gestos, congraciarse con la población. Por eso, aunque en principio la Corona quedaba fuera de la Ley de Transparencia, acaban anunciando que la aceptan.

Aún no se sabe a qué les obligará la ley, porque está en trámite. Sí se conoce que habrá límites a la hora de publicar sus gastos particulares. Nada de saber cuánto gasta la reina en peluquería o la princesa en zapatos. Pero sí se conocerán los gastos que pagan todos los ministerios a la Casa Real.

En los últimos años, se han dado algunos pasos en transparencia. Desde 2011 sabemos que la Corona recibe de los PGE cerca de  ocho millones de euros que gasta libremente. Casi el 9% es para sueldos de la familia real: unos 292 mil euros al año para el rey, y la mitad para el príncipe. 

Pero estos ocho millones de euros no es todo el dinero que cuesta la Casa Real a los españoles. Porque hay ministerios que le dedican partidas todos los años. Por ejemplo, el Ministerio de Exteriores paga sus viajes, en 2013 se han presupuestado 696 mil euros.

El Ministerio de Presidencia también contribuye. Paga al personal de la Corona 6,1 millones. Además, paga recepciones oficiales, audiencias civiles y militares, cenas de gala y visitas de jefes de Estado. En 2013 hay 96 actos presupuestados que van a costarle a Presidencia unos 10 millones de euros más.  Por último, lo que dedica este mismo ministerio a conservar el Patrimonio Nacional de la Casa Real, unos 26 millones de euros más.

En total, en 2013 la Casa Real costará al Estado más de 50 millones de euros. Todo, sin contar con las partidas que dedica el Ministerio de Interior o el de Defensa a Seguridad, o el de Hacienda a los vehículos de la Casa Real porque a esos datos no es posible acceder.

Unas cuentas poco claras comparadas con las de otras monarquías europeas. En especial la británica: la fiesta de la transparencia.

Los tres folios que cuelga la Casa Real en su web de sus cuentas contrastan con los 136 de la monarquía británica. En ellos podemos saber cuánto gasta la familia real inglesa en su servicio postal, en su sistema de incendios y salud, en gas, agua y teléfono o incluso esta larga lista en la que se detalla cuánto cuesta cada viaje que hacen.

Las casas reales de Noruega y Dinamarca también especifican hasta sus gastos en electricidad, teléfono o mantenimiento de los jardines. En Suecia, las cuentas reales están controladas por una auditoría externa que depende del Parlamento.