El precio de la materia prima es uno de los componentes del precio de la gasolina, pero no el más determinante. Hay otro que realmente encarece el coste del producto: los impuestos.

En junio de 2014, los impuestos eran 71 céntimos de 1,43 del precio medio de la gasolina, casi el 50%. Ahora son 65 céntimos de 1,13 euros, el 58% por ciento.

Baja el precio del petróleo, bajan los impuestos, pero no baja el apartado de los gastos y los márgenes de las petroleras.

En junio de 2014, esos gastos y márgenes eran 15 céntimos de 1,43 del precio medio de la gasolina. Ahora son 16 céntimos de 1,13 euros. Los costes y los márgenes de las gasolineras han aumentado un 8%.

De esos dos componentes, costes y márgenes, ¿han subido realmente los costes de las gasolinas o lo que ha subido es el margen, el beneficio de las empresas?

Según la Comisión de la Competencia, transportar la gasolina, pagar a los empleados en la gasolinera, el mantenimiento de la estación, la seguridad o la ganancia de las petroleras es en España 4,2 céntimos más que en Francia.

Pero exactamente, ¿de cuántos céntimos hablamos? ¿Cuál es el verdadero margen de beneficio de las grandes petroleras?

En los informes que compañías petroleras enviaron a un juzgado para ganar un litigio, ellas mismas hablan de un margen de 5,06 céntimos hasta de 5,81. Un gran negocio con nuevos competidores.

Son las estaciones de los hipermercados, las de las marcas blancas, las de las compañías independientes o las llamada 'low cost'. Las que apuran los márgenes para hacerse hueco. Las de los precios más bajos.

El Gobierno las fomenta para abaratar los precios de las gasolinas, y por eso ha legislado en su favor.  Tanto, que desde 2013 se han abierto más de 300 gasolineras de esa modalidad.

La competencia son cinco céntimos. Esa es la diferencia media entre el precio de la gasolina en una gasolinera de las grandes y una de las de hipermercado.